La organización de la Supercopa entre Colo Colo y la U ha sido un tema complicado para la ANFP, y aún no se ha definido nada. Tras la propuesta de Aníbal Mosa de un sistema de partidos de ida y vuelta, surgió la preocupación en Quilín por la seguridad de los asistentes. Sin embargo, la idea de los partidos de ida y vuelta ha perdido fuerza y ahora se está considerando un solo encuentro.
La ANFP ha evaluado que, al cambiar las bases del torneo, los riesgos aumentan si el enfrentamiento se realiza en dos partidos. Según El Mercurio, en Quilín sostienen que “si ya es complejo organizar un Superclásico, dos seguidos tensionan todo en extremo”.
Las fechas tentativas para el partido siguen siendo el 25 o 26 de enero. No obstante, como parte de esta nueva idea, se contempla la posibilidad de adelantar el enfrentamiento al fin de semana anterior, entre los dos clubes con mayor cantidad de seguidores en el país. Además, la Supercopa no se jugaría en Santiago, sino que se trasladaría a una ciudad fuera de la capital para reducir los focos de conflicto.
Según El Mercurio, Concepción, en el estadio Ester Roa Rebolledo, es la ciudad que tiene más probabilidades de ser la sede del Superclásico. Como opción secundaria, se considera el estadio Germán Becker de Temuco, aunque la opción penquista parece ser la preferida.
Para evitar posibles enfrentamientos entre las barras, la ANFP planea realizar una prevención especial de entradas. El Mercurio detalla que la idea es ofrecer boletos solo a hinchas de regiones. Este tipo de medida no se considera difícil de implementar, calculando en la experiencia de la final de la Copa Chile 2023 entre Colo Colo y Magallanes, que se jugó en Iquique. A pesar de la controversia que podría generar, esta estrategia se está evaluando para evitar que las barras bravas lleguen a Santiago. Desde Quilín explicaron que se podría cargar al sistema de venta de entradas los RUT asociados a bases de datos de clubes, juntas de vecinos, universidades y otras organizaciones locales para filtrar la venta.