Aquella tarde, en el Estadio de Carabineros, el Cacique enfrentó a Bádminton, igualando 3-3 en un emocionante partido que aseguró su condición de invicto. Los goles fueron obra de Enrique «Tigre» Sorrel, un autogol de Gustavo Pizarro, y el tanto del empate, anotado por Tomás «El Rata» Rojas.
La jornada estuvo marcada por una euforia desbordante, con hinchas albos levantando carteles que proclamaban: «Colo-Colo, Campeón Invicto». Sin embargo, la gloria ya había sido asegurada en la fecha anterior, cuando Colo-Colo venció por 3-2 al campeón vigente, Audax Italiano, consagrándose matemáticamente campeón del torneo. Así comenzó la leyenda del primer campeón invicto del fútbol profesional chileno.
Una jornada histórica que marcó el inicio de una rica tradición de éxitos para el equipo más popular de Chile.