Colo Colo tenía ante Universidad de Chile una gran oportunidad para reducir la diferencia de puntos en la parte alta de la tabla. Sin embargo, el Superclásico 196 terminó en empate sin goles, con un espectáculo por debajo de las expectativas. Parte de la culpa recayó en la estrategia del entrenador albo, Jorge Almirón, quien ya tenía la vista puesta en el partido del martes contra Junior por la Copa Libertadores.
Durante la semana, Almirón mantuvo en secreto la formación que utilizaría y sorprendió con un esquema 4-4-2 para el partido. En teoría, Óscar Opazo figuraba como lateral derecho y Mauricio Isla como volante por derecha. No obstante, al comenzar el partido en el Estadio Nacional, el planteamiento táctico cambió.
El propio DT explicó en conferencia de prensa que Opazo no jugó como lateral derecho: “Óscar jugó de central porque Leandro Fernández no juega como extremo, se mete hacia adentro. Si Opazo jugaba de lateral, quedaríamos en desventaja en el centro, ya que ellos hacen buenos movimientos con los volantes internos. Con una línea de 4, se pueden aprovechar los espacios a espaldas de los laterales. Por eso, jugamos con una línea de 5 al inicio, con Emiliano Amor y Maximiliano Falcón como centrales adicionales, junto a Erick Wiemberg como lateral izquierdo. Esto nos permitió estar en superioridad numérica en el área”.
El esquema inicial fue un 5-4-1 con Fernando De Paul en el arco; Mauricio Isla, Óscar Opazo, Emiliano Amor, Maximiliano Falcón y Erick Wiemberg en defensa; Esteban Pavez, Vicente Pizarro, Arturo Vidal y Carlos Palacios en el mediocampo; y Marcos Bolados en delantera.
En el segundo tiempo, Colo Colo volvió al 4-3-3. Al minuto 60, Jorge Almirón realizó cuatro cambios: ingresaron Cepeda, Gil, Zavala y Correa en lugar de Vidal, Pizarro, Bolados e Isla. Así, el Cacique pudo retornar al esquema tradicional 4-3-3, pero aún así no logró marcar la diferencia para llevarse el triunfo.
El DT explicó la razón de volver a jugar con dos extremos: “Queríamos ganar duelos; Zavala es rápido y podía competir con Morales, mientras que Cepeda enfrentaba a Hormazábal, quien se estaba acalambrando. El partido estuvo bastante parejo; no nos generaron peligro porque no encontraban pases, y nosotros, aunque tuvimos algunas oportunidades para atacar, fallamos en la precisión”.
Finalmente, Almirón reveló que el cambio de Vicente Pizarro por Leonardo Gil en el entretiempo fue en parte por la tarjeta amarilla que recibió Pizarro: “En una jugada, Pizarro casi es expulsado, así que optamos por hacer el cambio para evitar quedarnos con un hombre menos por una segunda amarilla y también pensando en el partido del martes”.