El caso de Joan Cruz en Colo Colo es emblemático. Cruz mostró gran talento desde la cantera alba, pero a finales de 2022 decidió no renovar contrato y se unió al Real Oviedo, parte del Grupo Pachuca, sin costo alguno para el club chileno. Tras jugar pocos partidos con el equipo B del club español, regresó a los seis meses a Everton. En 2024, sorprendentemente, solo ha jugado ocho minutos oficiales.
Además de Cruz, Colo Colo también perdió a Luciano Arriagada durante el mismo periodo. Se unió a Athletico Paranaense en Brasil, pero regresó a Chile un año después para jugar cedido en Audax Italiano, donde ha acumulado solo 22 minutos de juego. Estas dos pérdidas se suman a la de Bryan Rabello en 2012, quien dejó Colo Colo para unirse a Sevilla y posteriormente recorrió varios equipos en su carrera.
Aníbal Mosa, presidente de Blanco y Negro, habló con Radio Cooperativa sobre cómo evitar que los jóvenes se marchen sin consolidarse o dejar algún beneficio económico. Planteó la necesidad de fortalecer la Comisión de Fútbol del club.
Mosa señaló que es importante negociar con los jugadores juveniles antes de que sus contratos lleguen a su fin, y destacó la importancia de la inversión en las categorías inferiores. Además, enfatizó la necesidad de mantener un vínculo con los canteranos que se marchan gratis, para evitar pérdidas económicas y mantener una opción de traerlos de vuelta en el futuro.
Felipe Loyola es un ejemplo citado por Mosa. El jugador, quien ahora juega en Huachipato y en la Selección Chilena, se fue gratis de Colo Colo en 2020, durante la gestión de Mosa y Marcelo Espina. Ahora su fichaje para el club podría costar más de un millón de dólares, aunque se formó en las inferiores de Colo Colo.